Oriol Reyes
Automovilismo desde la piedra
Visiblemente alegre y sonriente, igual que en todas esas ocasiones en las que se ha subido al podium junto a su hermano Víctor. Así recogió Ángel Marrero el pasado 27 de
noviembre el premio Gran Canaria Isla Europea del Deporte, un premio propuesto por el Ayuntamiento de San Mateo y concedido por el Cabildo de Gran Canaria a los dos hermanos de Ariñez como reconocimiento a la
trayectoria de ambos en el mundo del automovilismo. Una recompensa más que merecida después de que en los últimos años se hayan labrado un inmejorable palmarés en el automovilismo consiguiendo incluso numerosos títulos provinciales de Las Palmas de rallyes sobre asfalto .
Ángel Marrero, nacido el 18 de noviembre de 1976 en el barrio veguero de Aríñez, comenzaba desde muy joven a aficionarse al automovilismo, ya que podría decirse que en su entorno “se respiraba gasolina”. El barrio ariñense contaba con mucha historia en los rallyes, ya que cada año más de una prueba transcurría por el mismo y los más jóvenes gozaban del paso de aquellos vehículos de competición tan sonoros que les despertaban. Ángel era uno de aquellos muchachos que acudían a los rallyes junto a sus amigos, y desde entonces quiso ser uno de los agraciados que compitiera en una prueba automovilística, así que decidió planteárselo como una meta. Varios años más tarde conseguiría cristalizar el sueño de participar en rallyes, junto a su fiel amigo de la infancia José Alonso, quien jugaría un papel importante en su trayectoria.
Sucedió en 1997, cuando Ángel Marrero y José Alonso debutaron a los mandos de un Honda Civic, en aquel entonces fueron tres pruebas las que el joven equipo veguero haría: el Rally Villa de Santa Brígida, el Rally de Telde y el de Lanzarote, rodeados de un pequeño equipo muy familiar y con buenas actuaciones. Tras esto Marrero tuvo que colgar el casco unos años, aunque en 1999, el mítico piloto de Honda Alexis Santana, le cedería su vehículo para una subida de montaña, la de Los Marteles. Un años más tarde, Ángel retomaría su carrera deportiva, pero con nuevo Honda Civic, el modelo siguiente al que le vio debutar. En esta ocasión lo adquiriría junto a su tío José Martín Suárez, una figura muy importante en su trayectoria, con quien formaría equipo dentro del coche, ya que Suárez sería su copiloto en la temporada 2000. Con este vehículo, Marrero empezaría a despuntar obteniendo buenas clasificaciones e incluso marcando un sensacional noveno puesto en el Rally Isla de Gran Canaria de 2001. Esta, la de 2001, sería su última temporada con el Honda, en la que le copilotaría su primo Juan Carlos Reyes, con quién también cumpliría el sueño de participar en el Rally el Corte Inglés, con una óptima clasificación dentro de lo que era una prueba del campeonato de Europa con pilotos de renombre.
Nuevamente, en 2001, el piloto de Aríñez tuvo que vender el Honda Civic y colgar los guantes durante un tiempo y empezó a centrarse en su futuro profesional. Ángel optó por formarse para profesor de autoescuela, una profesión que lleva años desempeñando y donde ha formado conductores de coches, camiones, guaguas… Para continuar hablando de su carrera deportiva habría que trasladarse a 2005, año en el que se inclina por hacer una copa monomarca. En aquel momento en Canarias había varios trofeos monomarca, aunque la nueva copa Kia, con el modelo Picanto, fue la que Marrero finalmente escogería para continuar disfrutando de su
deporte preferido, donde competiría con otros participantes a semejantes máquinas, lo que era un aliciente. En el primer año de su nueva andadura estuvo en pódium en todos los rallyes, ganándose a pulso una segunda plaza final en el certamen, en el que participaría junto a José Alonso nuevamente, quién se compartía el asiento del copiloto con la joven Elba Navarro. Alonso le acompañó en las pruebas de fuera de Gran Canaria y Navarro en las de la isla redonda.
Aquella copa Picanto fue la que vio nacer al binomio Ángel y Víctor Marrero, pues en la última cita del trofeo, el Rally de Maspalomas, un jovencísimo Víctor Marrero se subiría al asiento derecho del Kia. Víctor Marrero, nacido también en Aríñez el 6 de septiembre de 1983, siempre fue un entusiasta del automovilismo, y lo gozó desde muy pequeño. Mientras crecía seguía los pasos de su hermano mayor, que había debutado en la pasión que los unía más si cabe y él no quería quedarse atrás, pues como para la mayoría de aficionados a los rallyes, competir en un coche de carreras es un sueño siempre presente. Fue en 2005 cuando el más joven de los Marrero comenzó a hacer sus pinitos en automovilismo, copilotando a Lorenzo Santana a bordo de un Renault 11 Turbo en el Rally Villa de Teror de aquella temporada, un rally especial, ya que contaba en la lista de inscritos con varios equipos del barrio de Aríñez; a los hermanos Marrero (separados en esa ocasión) se les unían sus vecinos Yeray Ortega y Jonathan Suárez con un Toyota Starlet. Finalmente Lorenzo y Víctor llegarían a meta en tan ilusionante y duro rally para ambos. El siguiente paso en la carrera del joven copiloto era cantarle las notas a su hermano Ángel, para lo que no tuvo que esperar mucho, pues en el Rally de Maspalomas los hermanos Marrero empezaron juntos una nueva andadura.
Un año más, Marrero seguiría, ahora acompañado por su hermano Víctor, en la copa Kia Picanto, en 2006, un año importante, ya que lograrían el triunfo en dicho certamen tras una temporada plagada de esfuerzo y éxitos. Tras conseguir la monomarca Kia, los hermanos daban el salto a un vehículo mejor, un Renault Megane, con el que contarían las tres siguientes temporadas y se abonarían puestos más altos en la clasificación, llegando incluso a tener dos cuartas plazas en 2008. La carrera de Ángel y Víctor se estaba lanzando y fue en 2010 cuanto todos los sacrificios y los buenos resultados se vieron recompensados. Ángel y Víctor habían entrado en la historia del automovilismo en Canarias a los mandos del Renault Megane, consiguiendo el campeonato provincial de rallyes de Las Palmas, con un óptimo nivel de pilotaje y una gran constancia se encontraban en la tabla final del campeonato primeros y aventajando a vehículos superiores, toda una hazaña.
Junto a este título y a la ayuda de José Martín Suárez, los hermanos Marrero lograrían conseguir una máquina superior a aquel Megane, el Honda Civic Type R R3. Juan Armas Canarias, importador de Honda depositó en el binomio veguero confianza para llevar esta montura, un vehículo hecho por y para rallyes, y el tiempo le dio la razón, ya que el Civic se convirtió en el arma definitiva de los de Aríñez y les ayudaría a lograr más títulos para la marca Honda, con la que ya Ángel tenía experiencia. En 2011 comenzaría la andadura de los Marrero con el Civic R3 y con un gran resultado en el Rally Islas Canarias trofeo el Corte Inglés, colocándose tercero entre las monturas tracción delantera y venciendo a coches de la categoría R3 que venían de fuera. Junto a los grandes resultados que marcaban en esta cita internacional, a nivel provincial seguían imparables y lograban otros dos títulos, el de 2011 y el de 2012, sumando así tres campeonatos de la provincia de Las Palmas consecutivos.
La crisis económica que atravesaba el país y que salpicaba directamente al automovilismo dejaba a la pareja ariñense un año alejados del Civic, aunque seguían activos, ya que en la temporada 2013 acudían a las carreras dentro de la caravana de seguridad con un Kia Pro Ceed. Afortunadamente, de 2014 a 2016 los Marrero volvían con el Honda R3, consiguiendo en 2015 otro título de la provincia de las Palmas y cerrando en 2016 un ciclo en el que el equipo Juan Armas Canarias lograría tres entorchados provinciales de Las Palmas. Esto supuso un año de parón para Ángel, aunque Víctor seguiría adelante con su carrera de copiloto, guiando a Marcos Martín en el Opel Adam S N3 y a Marcos Hernández a bordo de un Honda Civic Type R. La temporada 2018 empezaba con incertidumbre para los hermanos de Aríñez, ya que el Honda Civic Type R R3 de Juan Armas Canarias había cambiado de manos, pasando a ser propiedad del piloto Marcos Hernández, con quien tenían buena relación. Hernández, que carecía de tiempo para acometer rallyes en 2018, cedería el Honda Civic a los hermanos Marrero, quienes le habían ayudado a adquirir la montura, para compitieran en algunas pruebas del certamen provincial de rallyes. Ángel y Víctor disputaron los rallyes de Gran Canaria, llevándose incluso un pódium, el del rally Comarca Norte y quedándose con opciones al subcampeonato a falta del rally de Lanzarote.
Junto a sus triunfos provinciales, Ángel y Víctor también han cosechado más galardones, como en 2016, cuando obtuvieron un reconocimiento por parte del Ayuntamiento de la Vega de San Mateo, al que se une ahora el Premio Isla Europea del Deporte, una distinción que premia una larga carrera deportiva y que merecen no solo por sus títulos, sino también por esa humildad que tanto caracteriza a los hermanos, quienes nunca dudan en agradecer a sus amigos y familiares que les ayudaron en los comienzos, a su equipo y a distintos patrocinadores que les acompañaron en estos años.