Esteban Santana: “Antes de la crisis los clientes venían por su cuenta, ahora hay que ganárselos”

brega

En agosto hará 20 años que abrieron las puertas de su negocio, un restaurante que el mismo día de su apertura, sin haberlo anunciado, registró lleno. Recuerdan con entusiasmo sus inicios y no pueden disimular su orgullo cuando hablan de su clientela. Son Carmelo y Esteban Santana, propietarios del Restaurante La Brega. 

 

P: Todo veguero que se precie conoce el Restaurante La Brega, pero ¿cómo comienza la historia de este negocio?

 

Esteban: La idea surgió hace 20 años porque queríamos superarnos. Trabajábamos en la hostelería desde los 14 años y pensamos que ya era hora de dar un paso adelante y hacer algo nuevo en San Mateo.

Carmelo: Abrimos las puertas el 15 de agosto del 95, sin avisar a nadie, porque ese día nuestra intención era comer algo aquí junto con nuestros más allegados. Pero de repente empezó a entrar gente a entrar gente y esto se llenó ese mismo día, había hasta gente esperando en la puerta. Algunos nos preguntaban que cuánto tiempo llevábamos abiertos y les decíamos “pues dos horas, tres horas…”

 

P: ¿Fue difícil tomar las riendas del negocio?

Esteban: Demasiado. Aunque sabíamos ya de hostelería llevar directamente el negocio era algo nuevo para nosotros. Empezábamos a trabajar a las 7 de la mañana y nos íbamos a las 2 de la madrugada, sin día de descanso. Esto estaba siempre lleno. 

Y bueno, llevamos ya 20 años que se han ido volando, siempre trabajando y luchando y manteniendo la misma línea: la calidad de los productos y ser amable con los clientes.

 

P: Y con los años, La Brega también ha creado puestos de trabajo…

Ambos: Sí. Ahora mismo además de nosotros tenemos a una persona fija, Acaymo, y luego los fines de semana tenemos unos seis extras. La mayoría de las personas que han trabajado aquí han venido sin conocimientos de hostelería y se han formado en La Brega, y luego si les ha salido algo mejor pues se han ido, pero es una satisfacción que con el tiempo vengan y te digan “Como en La Brega no se trabaja en ningún sitio”.

                                                                                                                

P: Para quien no conozca La Brega, ¿qué tipo de platos trabajan?

Esteban: Pues principalmente con platos tradicionales de la zona: Potaje de jaramagos, la garbanzada, el cerdo frito… pero cuando un cliente me pide algo especial, ahí estoy yo. En Navidad por ejemplo, con las puertas cerradas, hice para mis clientes todos los antojos que me pidieron: desde paella, hasta cochinillo, cordero… Y así siempre en aniversarios, en ocasiones especiales para los clientes, intentando siempre que salgan contentos.

P: Hablar de La Brega es hablar de sus platos y, por tanto, de su cocinero Esteban. ¿Cocinero se nace o se hace?

 

Esteban: Yo creo que cocinero se nace. Mis primeros pinitos fueron en el Restaurante Guiniguada. Allí trabajaba un primo nuestro y fui de alcahuete a ayudarle a pelar unas papas, y a los 15 años ya era el cocinero los fines de semana. Hacíamos comida para muchísima gente y ahí fue cuando yo supe que mi destino era ser cocinero, así que me fui a estudiar hostelería al Hotel Escuela de Santa Brígida. Allí estudié y saqué mi título. Ah, y en el cuartel también era el cocinero, así que mi vida ha estado siempre ligada a los calderos.

 

P: ¿Y tú Carmelo? ¿cómo empezaste?

Carmelo: Yo fui un día a echar una mano al Guiniguada. Empecé fregando, subido en una caja de Coca Cola porque no llegaba al fregadero. Y luego me pasaron a la barra, que era más alta, y como no llegaba pues lo mismo, subido en una caja.

 

P: 20 años dan para mucho. Tendrán muchas anécdotas…

Esteban: Buah, muchísimas. Hay buenas y malas, pero nosotros siempre nos quedamos con las buenas. Ahora mismo recuerdo una muy bonita. Hace diez o doce años vinieron unos clientes alemanes que antes de irse nos pidieron una tarjeta de visita, y mi hermano les dio una firmada por detrás. Pues esa misma tarjeta ha vuelto un montón de veces al bar en manos de otros alemanes que vienen y nos la enseñan. Suponemos que son gente que se conocen y que allá en su país se van pasando la tarjeta entre ellos a modo de recomendación y cuando viajan aquí, vienen a visitarnos y nos enseñan la tarjeta.

Otra anécdota que me gustó mucho vinieron a contarla unos clientes. Un grupo de canarios que estaba de viaje en Segovia fue a comer al famoso Mesón de Cándido, y el camarero mientras le atendía le dijo “El mejor cordero se come en Segovia”, y uno del grupo gritó “¡En Segovia y en La Brega!” (ríen).

 

P: ¿Qué diferencia a La Brega de otros restaurantes? 

Esteban: El ambiente aquí es muy familiar. Tanto entre nosotros que trabajamos detrás de la barra y en la cocina como con los clientes. Somos como una familia. En la cocina la comida casera. Nosotros trabajamos para que los clientes salgan a gusto.

 

P: ¿Cómo ha afectado la crisis al negocio? 

Carmelo: Pues mira, antes se trabajaba sin pensar. Comprabas género sin estar haciendo muchos cálculos porque al final se gastaba. Ahora hay que controlar más los pedidos y adaptarlos a lo que más o menos se gasta.

Esteban: Ahora se sabe quien es un profesional y quien no. Antes los clientes venían por sí solos, ahora hay que ganárselos y cuando vienen, mimarlos. Yo cuando veo que vuelven pienso “lo estamos consiguiendo”.

 

P: La Brega forma parte de la Asociación de Empresarios de San Mateo y es uno de los negocios que participa activamente en las iniciativas que se ponen en marcha desde AESAM. ¿Qué nos pueden contar sobre esto? 

Esteban: Yo al principio no creía en la Asociación de Empresarios, hasta que un día fui a una reunión y oye, me enganché y empecé a ir a todas. Y bueno, yo personalmente suelo aportar ideas y proponer cosas. Cuando se propuso la ruta de las tapas yo fui uno de los que apostó por hacerla y luché por ello, y es algo que ha ido funcionando todos los años. Estas iniciativas no están para sacar dinero, porque salen al costo, pero sí que sirven para que te conozcan.

Carmelo: Vienen por una tapa y al final te conocen, ven el negocio, el servicio, las comidas que salen…

Esteban: Está claro que hay que promocionarse, y yo echo en falta algo de motivación dentro de la asociación de empresarios. Deberíamos unirnos más todos y sacar cosas para adelante para promover la zona comercial abierta de San Mateo. Yo hablo más por la rama de hostelería, pero sí movemos San Mateo, todos ganamos. Yo sé que no hay dinero, que ahí está la crisis, pero hay que buscar fórmulas.

 

P: ¿Algo que añadir? 

Esteban: Invitar a todo el mundo a que nos visiten. Yo les invito a que me pongan a prueba en la cocina.

Carmelo: Invitarles a venir y recordar también a la gente que hacemos también comidas para llevar, para aquellos que prefieran comer en casa en familia.

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